Loft de 55 metros cuadrados situado en las proximidades de las Torres de Quart.

Se partió de una distribución con pasillo angosto y habitaciones a los lados del mismo, para al final dejar un solo espacio común a modo loft con cocina office y una sola habitación con el baño integrado.
En el salón se sacó el ladrillo cara vista y las vigas de madera del techo, rehabilitándolo y dejándolo perfecto, así como las puertas recuperadas en madera natural y lijadas, manteniendo los tiradores antiguos.
La cocina office es blanca, líneas rectas, con bancada de madera y se decidió iluminar todo el espacio con lámparas industriales y focos de teatro pequeños direccionables en las vigas de madera.
Al ser el espacio reducido se optó por colores claros combinados con el ladrillo y un suelo de roble vintage también de tonos suaves y de esta manera ganando mucha amplitud y luminosidad. El roble se mezcló en la parte de la cocina con una cenefa de mosaico hidráulico en tonos verdes y amarillos para de esta forma romper la uniformidad y darle un toque más animado y diferente a esa parte de la casa.
El toque decorativo a nivel de objetología en el salón fueron unos cuadros de cine francés en colores vivos para contrastar con el blanco roto de la pared y una letra A industrial con bombillas de Really Nice Things.
Mobiliario basado en mesa Tulip blanca , sillas industriales Roxo, sillas de jardín estilo frances y mesas auxiliares blancas .
La habitación se mantuvo con el mismo color del resto de las paredes de la casa a excepción de la pared del cabezal que se eligió un tono verde cesped muy luminoso que acompañamos con cuadros de viajes del propietario.
En el baño por último se decidió elegir el color amarillo de mitad pared hacia el techo y hacia el suelo un azulejo blanco sencillo pero muy elegante.
El suelo del baño mosaico hidráulico en tonos verdes y amarillo combinando con el color de la pared.